jueves, 30 de agosto de 2012

Cuando éramos reyes.


Cuando éramos reyes no había más preocupaciones que nuestros sueños. No había reino, pero si un te quiero debajo de las pestañas que nos alimentaba con una mirada. Había una ilusión que entrelazaba nuestros dedos. Y nuestras noches. Los bailes infinitos en tu cama, como dos notas perdidas en el pentagrama de tus sábanas. No había distancia que pudiera ganarle la guerra al corazón. Que la distancia terminaba donde empezaban nuestros pies. Y nuestros pies no se daban por vencidos. Que vencer era ganar, y nosotros ya nos habíamos ganado. Que cuando éramos reyes... Cuando éramos reyes no conocíamos el dolor.

"A pie de cualquier camino, al filo de la mañana, un corazón encendido da vida y luz al alba".

PD: Una invitada que se pasaba por aquí, a dejar una pequeña huella.