viernes, 22 de octubre de 2010

Bienvenida.

Me voy.
Bueno, en realidad ya me he ido. Escribo con desfase temporal.
Ya era hora, hora de irse con la música a otra parte. Volar del nido. Vivir. Experimentar. Salir. Conocer. Ver. Saborear. Disfrutar con los cinco sentidos y si de camino descubro el sexto pues también con él.

Un mes. 30 días. Un apartamento. Un barrio, peculiar donde los haya, su gente, sus tiendas, su mundo. Viajar por medio planeta con tan solo andar 100 metros o cruzar de acera. Eso es maravilloso. Sí.

La calle, llena de gente, siempre. Sales (después de haberte jugado la vida en un ascensor con 50 años en las espaldas) y te paras en la puerta. Respiras. ¡Estás aquí! ¡Aquí, de verdad! ¡Creételo! Y de repente te das cuenta de que cualquier cosa puede pasar. Aquí, todo puede pasar.

Es la magia, es Barcelona.

Salud!




Y hace un momento que me ha dejado aquí en la ladera del Tibidabo... buena esa (toda), sí.