domingo, 27 de enero de 2013

Sin-vivir.

Fuiste un corazón mal arropado en el seno de la revolución de los ideales marchitos. Fuiste un invierno mal curado en la guerra de los sueños vacíos. Fuiste, y seguirás siendo un lobo solitario,descalzo, andando por encima del cementerio de silencios que aúllan tus mañanas, y sin sangrar. Como el aire en llamas que retuerce tus entrañas cuando el pasado llega sin avisar,
y a ti te toca dormir en el sofá.
Cuelgas en tu puerta el cartel "llamar antes de NO entrar". Y te quedas con los brazos cruzados, avisas, pero no adviertes del peligro de derrumbe que abrazan tus abrazos.

"Prohibido entrar a quién busque algo más que placer".

Siempre es mejor prevenir que curar, aunque bien, de tanto perder perdiste hasta el miedo a perder. Así que ya no sé, si vas de frente y arriesgando, o cerrando puertas y esperando a que llegue un milagro, o más bien esperando el milagro de creer en ellos. Fe. Un brillo, quizás, que engrase los engranajes de esta maquinaria que corre el riesgo de quedar oxidada. Como tus ideales. Como tus sueños. Como tus silencios.

Algunas personas luchan para ganar, otras para sobrevivir, al día a día, que es el peor de los pecados, la rutina de un corazón que roza la veintena y que apenas sabe de nada, y que apenas puede decir que sabe poco. 

"Gánate el derecho a pedir perdón".

Me gustaría decir que hablo de ti, pero a lo mejor debería cerrar los ojos y mirar para dentro a ver si encuentro mi sin-vivir en lo que escribo, cuando no estás, te invento, y al segundo dejas de existir. 

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